En su búsqueda constante por la perfección, Valentin no solo adquiría termohigrometro calibrado certificado para su empresa y sus clientes, sino que también se aseguraba de que cada uno estuviera calibrado con precisión milimétrica. Contrataba a los mejores técnicos y se aseguraba de que cada dispositivo pasara por rigurosas pruebas antes de ser entregado.